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"A la una de la madrugada de hoy, 6 de marzo de 2005, pocas horas después de entrar en estado de coma, ha fallecido nuestra muy querida compañera Gladys Marín Millie, presidenta de nuestro partido", informó el secretario general del PC, Guillermo Teillier.
"Durante casi un año y medio, ella libró una dura batalla por superar el cáncer que la afectaba", señaló el dirigente.
Gladys Marín estaba aquejada de un agresivo cáncer cerebral del tipo "glioblastoma multiforme", considerado como altamente maligno e irreversible, enfermedad que le fue diagnosticada en setiembre de 2003.
Marín falleció en su residencia de la comuna de La Florida, en el sur oriente de Santiago, en compañía de familiares, amigos y miembros del Partido Comunista.
Su deceso se produjo tras una larga agonía que se extendió por casi dos meses, después que regresó a Chile desde Cuba, donde fue sometida a tratamiento médico.
Al conocerse su deceso, el Gobierno cubano emitió un comunicado en el que subrayó que con la muerte de Marín "Chile pierde a una de sus hijas más ilustres y el movimiento revolucionario latinoamericano una de sus figuras más admirables y queridas".
Sus restos fueron trasladados en la mañana del domingo hasta el ex Congreso Nacional, en cuyo recorrido la dirigenta recibió el cariño y el respeto de miles de chilenos.
El ministro del Interior, José Miguel Insulza, informó que el Gobierno decretó duelo nacional para los días lunes y martes, día de los funerales, y anunció que el presidente Ricardo Lagos asistirá en la tarde del domingo al velatorio.
El ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, entregó el pésame oficial del gobierno y evocó la consecuencia, solidez y legado de la dirigenta.
"Estamos seguros de que Chile la recordará siempre como una mujer luchadora, una mujer de temple, que enfrentó sin descansar los rigores del régimen militar, con dolores profundos vividos en carne propia en el seno de su familia, una mujer que abrió espacios al nuevo rol de las mujeres en nuestro país", señaló Vidal.
Entretanto, miles de chilenos desfilaban el domingo ante el féretro, mientras el presidente Ricardo Lagos esperaba rendirle un homenaje en horas de la tarde. Portando rosas rojas, mujeres y jóvenes, amas de casa, trabajadores y visitantes llegaban hasta la ex sede del Congreso.
"Durante casi un año y medio, ella libró una dura batalla por superar el cáncer que la afectaba", señaló el dirigente.
Gladys Marín estaba aquejada de un agresivo cáncer cerebral del tipo "glioblastoma multiforme", considerado como altamente maligno e irreversible, enfermedad que le fue diagnosticada en setiembre de 2003.
Marín falleció en su residencia de la comuna de La Florida, en el sur oriente de Santiago, en compañía de familiares, amigos y miembros del Partido Comunista.
Su deceso se produjo tras una larga agonía que se extendió por casi dos meses, después que regresó a Chile desde Cuba, donde fue sometida a tratamiento médico.
Al conocerse su deceso, el Gobierno cubano emitió un comunicado en el que subrayó que con la muerte de Marín "Chile pierde a una de sus hijas más ilustres y el movimiento revolucionario latinoamericano una de sus figuras más admirables y queridas".
Sus restos fueron trasladados en la mañana del domingo hasta el ex Congreso Nacional, en cuyo recorrido la dirigenta recibió el cariño y el respeto de miles de chilenos.
El ministro del Interior, José Miguel Insulza, informó que el Gobierno decretó duelo nacional para los días lunes y martes, día de los funerales, y anunció que el presidente Ricardo Lagos asistirá en la tarde del domingo al velatorio.
El ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, entregó el pésame oficial del gobierno y evocó la consecuencia, solidez y legado de la dirigenta.
"Estamos seguros de que Chile la recordará siempre como una mujer luchadora, una mujer de temple, que enfrentó sin descansar los rigores del régimen militar, con dolores profundos vividos en carne propia en el seno de su familia, una mujer que abrió espacios al nuevo rol de las mujeres en nuestro país", señaló Vidal.
Entretanto, miles de chilenos desfilaban el domingo ante el féretro, mientras el presidente Ricardo Lagos esperaba rendirle un homenaje en horas de la tarde. Portando rosas rojas, mujeres y jóvenes, amas de casa, trabajadores y visitantes llegaban hasta la ex sede del Congreso.