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En julio de 2010, un juzgado del fuero comercial declaró la quiebra de Ciccone a petición del Fisco argentino por deudas impositivas.
La Justicia levantó la quiebra tres meses después, a solicitud de la propia empresa, tras haber negociado un plan de pagos con el Fisco, y la empresa quedó en manos de The Old Fund, cuyo responsable era Alejandro Vandenbroele –testaferro de Boudou–.
En la investigación judicial se constató que Boudou, aprovechando su condición de funcionario público había acordado con Nicolás y Héctor Ciccone y Guillermo Reinwick –dueños de la imprenta– la cesión del 70% de Ciccone Calcográfica a cambio de la realización de los actos necesarios para que la firma pudiera volver a operar y contratar con la Administración pública.