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Park estará en una celda mientras es investigada de acusaciones que incluyen su participación en un esquema de sobornos y abuso de autoridad y de que se coludió con su amiga Choi Soon-sil para presionar a grandes empresas a contribuir con una serie de fundaciones creadas para respaldar sus iniciativas políticas.
Park, de 65 años, testificó ayer por alrededor de ocho horas en la corte de Seúl y luego fue mantenida en la oficina de la fiscalía mientras el juez estudiaba la evidencia y los argumentos para tomar una decisión sobre el caso.
La destitución puso fin a meses de parálisis política y escándalos que también arrastraron a la cúpula del conglomerado Samsung, cuyo directivo principal está acusado de pagos ilegales.
La destitución de Park dejó un vacío político y a un presidente interino hasta la elección del 9 de mayo, y se da en momentos de creciente tensión con Corea del Norte, por sus programas nucleares y de misiles, y con China, por el despliegue de un sistema antimisiles estadounidense en Corea del Sur que Pekín ve como una amenaza para su seguridad.
Park podría afrontar una pena de 10 años de prisión si es hallada culpable de recibir sobornos de grandes empresas, incluyendo al jefe del Samsung Group Jay Y. Lee, a cambio de favores.