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Lupi preside el Partido Democrático Laborista (PDT), que integra la coalición de gobierno, y fue ministro de Trabajo durante los dos últimos años de la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
La actual mandataria Dilma Rousseff lo ratificó en el cargo en 2011, cuando comenzó su primer mandato, pero el ministro dimitió en diciembre de ese mismo año en medio de sospechas de corrupción que finalmente no fueron comprobadas.
Según O Estado de São Paulo, a quien el exministro le confirmó el tenor de sus declaraciones, Lupi aseguró en un acto privado del Partido Democrático Laborista (PDT) celebrado esta semana que el PT, liderado por Lula y Rousseff, se “agotó” y se “acomodó” al poder.
“El PT se agotó. Ellos no inventaron la corrupción, pero robaron demasiado, exageraron y su proyecto se convirtió en un proyecto de poder”, declaró Lupi.
El dirigente laborista aludió así al escándalo de corrupción que se investiga en la estatal Petrobras, que de acuerdo con los cálculos de la propia empresa supuso un desvío de 6.200 millones de reales (unos 2.066 millones de dólares) en la última década.
Según Lupi, el malestar que evidencian encuestas que sitúan el apoyo a Rousseff en un 13% y las recientes y masivas protestas que tomaron las calles del país dicen que la sociedad quiere “ser respetada” y que eso debe “ser entendido” tanto por el PT como por el mismo Gobierno.