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BRUSELAS (EFE). La aprobación del Parlamento griego de un primer paquete de medidas exigidas por los socios al gobierno de Alexis Tsipras ha sido valorada, en términos generales, como “satisfactoria” por el Eurogrupo, y ha dado pie a estas decisiones.
En concreto, el Eurogrupo ha dado ayer su consentimiento tanto a la apertura de las negociaciones de un tercer programa como a la ayuda financiera que recibirá el país para asegurar sus necesidades hasta que se firme el rescate, lo que no se espera que suceda antes de mediados de agosto.
“Hay un acuerdo en principio para una financiación puente para Grecia, basada en el Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MEEF), un procedimiento que se finalizará mañana a mediodía”, anunció el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis.
La decisión será tratada hoy en una teleconferencia del Comité Económico y Financiero de la Unión Europea, que reúne a los segundos de los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, tras lo que se espera que sea aprobada por un procedimiento escrito.
Esta aprobación será la luz verde definitiva que permitirá el uso de unos 7.000 millones de euros del MEEF, un fondo que se nutre del presupuesto de la Unión Europea y que ya se utilizó en los rescates de Portugal e Irlanda.
Para eludir el veto de los países que no son miembros del euro y se negaban a participar de ningún tipo de ayuda a Grecia por virtud de un acuerdo que fue forjado por los líderes de la eurozona y no a Veintiocho, el desembolso estará garantizado por los beneficios de los bonos helenos en poder del Banco Central Europeo (BCE).
La garantía permitirá que en el caso de que Atenas no devuelva el dinero, las pérdidas sean solo asumidas por la eurozona, lo que en principio permitirá que mañana países como el Reino Unido, Suecia, Dinamarca, República Checa y Polonia no bloqueen el uso de unos fondos que Grecia necesita con urgencia, para hacer frente a sus obligaciones inminentes.
Atenas observa cómo se aproxima el pago de 3.500 millones de euros y unos 700 millones más de intereses al BCE que tiene que efectuar el 20 de julio, ya que, de no cumplir, las consecuencias podrían ser demoledoras para el país.
Grecia está sometida a un control de capitales desde el pasado 29 de junio, en la víspera de que expirara el segundo rescate y Atenas incumpliera un pago de 1.500 millones de euros al FMI.
La banca helena depende de las líneas de financiación de urgencia del propio BCE, que llevaban congeladas desde la ruptura de las negociaciones y el fin del segundo rescate a Grecia a finales de junio sin un acuerdo, pero cuyo techo ha sido elevado hoy en 900 millones por el Banco Central Europeo, dando un respiro al sector.
Además del visto bueno comunitario, la llamada “financiación puente” deberá recibir también el apoyo de varios parlamentos nacionales antes de ser desembolsada, procedimientos que se esperan que se completen mañana, para proceder al pago el próximo lunes a más tardar.