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El tránsito, los exámenes, el tiempo, el dinero, las relaciones interpersonales, las enfermedades, la inseguridad, el trabajo, los imprevistos, el futuro y hasta nuestro peso corporal constituyen factores estresantes.
Estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indican que el estrés es una respuesta física, emocional o mental ante una situación física, psicológica o social.
“Nuestro organismo busca el equilibrio, pero cuando algo sale de control y enfrentamos un problema entramos en un momento de crisis. Ese desequilibrio genera estrés”, apunta la investigación.
Advierte que el estrés debe diferenciarse de la ansiedad, pues el estrés es momentáneo y la ansiedad es un trastorno psiquiátrico y a largo plazo.
Pensar en el lado negativo de una situación tiene repercusiones a nivel fisiológico, cognitivo y conductual, y consecuencias como problemas gastrointestinales, colitis, gastritis, taquicardia, mayor consumo de alimentos, de cigarrillos o de bebidas.
Para dar solución a la condición de estrés es necesario volver al equilibrio; para ello hay técnicas como el distanciamiento, el autocontrol o el apoyo social.