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Gracias a la colaboración de las dos redes de alta velocidad más grandes de Europa, el nuevo servicio ofrecerá dos trenes diarios por sentido entre Barcelona y París, con una duración de 6 horas 25 minutos, además de uno Madrid-Marsella en 7 horas, otro Barcelona-Toulouse en tres horas y el quinto Barcelona-Lyon en 4 horas y 53 minutos.
Este primer paso en la integración de la red española de trenes de alta velocidad con la del resto de Europa forma parte de un plan en el que se prevé ofrecer en el futuro trayectos a más países, a unas 22 ciudades y 150 rutas directas posibles y otras 200 en correspondencia.
Las nuevas conexiones directas de alta velocidad suponen también la alianza entre la española Renfe y su homóloga francesa, la Société Générale des Chemins de Fer (SNCF) para tráficos internacionales.
El mercado actual de los desplazamientos entre España y Francia asciende a 82 millones de viajes anuales, de los cuales un 89% se hacen en vehículo privado, con lo que la puesta en marcha de estas conexiones en alta velocidad harán la competencia a las opciones de automóvil, autobús y avión.
El viaje entre Barcelona y París cuesta entre 59 y 170 euros (81-233 dólares) y será un trayecto con paradas en las ciudades españolas y las francesas.