Es una persecución política, dice Temer

BRASILIA (AFP). El presidente brasileño, Michel Temer, repitiendo el mismo alegato de sus predecesores, Lula da Silva y Dilma Rousseff, dijo que las acusaciones de corrupción en su contra forman parte de una “persecución política”.

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Ayer pidió suspender las investigaciones judiciales, alegando que se basan en pruebas “manipuladas”, y proclamó que seguirá al frente del gobierno.

“Hemos pedido hoy al Supremo Tribunal Federal (STF) que suspenda la investigación, hasta que se verifique la autenticidad de la grabación clandestina”, dijo el mandatario.

El mandatario se refiere a las declaraciones del dueño de la mayor empresa cárnica del mundo (JBS), 

Joesley Batista, y su “grabación clandestina manipulada y adulterada con objetivos claramente subterráneos”, según la calificó el mandatario.

En la grabación aludida, el empresario le dice al presidente, entre otros temas irregulares, que está pagando sobornos al exlíder de la Cámara de Diputados, ahora preso por corrupción, para que no delate a otros implicados, a lo que Temer responde: “tienen que seguir con eso”.

El presidente declaró ayer que no contradijo al empresario porque “pensaba que estaba inventando esa historia” dentro de la “fanfarronería” que le caracteriza.

Temer se dijo víctima de un complot para acabar con su gobierno, que impulsa reformas de austeridad como receta para acabar con la peor recesión de la historia del país y que, según él, “incomoda mucho” porque no ha sido permisivo con “oportunistas” que quieren enriquecerse ilícitamente.

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