Enfermero, autor de 100 muertes

Alemania abrió ayer el proceso contra el enfermero de 41 años Niel Högel, quien se confesó autor de la muerte de cien pacientes, una cifra que podría ser aún mayor.

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BERLÍN (EFE, AFP). Esto es porque solo se ha podido detectar la presencia de sustancias sospechosas en los cuerpos exhumados, mientras persiste la incógnita sobre aquellos que fueron incinerados.

Los crímenes de Högel, considerado el mayor asesino en serie de la historia criminal alemana desde la Segunda Guerra Mundial, salieron a relucir en verano de 2005, tras ser sorprendido por una compañera de trabajo cuando envenenaba a un paciente.

A raíz de ahí se abrieron investigaciones, en el curso de las cuales se revelaron otras muertes en circunstancias sospechosas que derivaron en un juicio, donde confesó que entre 2003 y 2005 había inyectado dosis de diversos medicamentos a unos 90 pacientes.

Durante cinco años, primero en el hospital de Oldenburgo y luego en el de la vecina comuna de Delmenhorst, Niels Högel inyectó intencionalmente –según la acusación– a pacientes medicamentos para provocar paros cardíacos, antes de intentar reanimarlos, la mayoría de las veces sin éxito.

El acusado contó la tensión que vivía ante lo que podía suceder cuando inyectaba a los pacientes el medicamento, lo bien que se sentía cuando conseguía reanimarlos y lo deprimido que le dejaban las muertes.

Sus motivos: su deseo de brillar ante sus colegas para mostrar sus talentos de reanimación, y “el aburrimiento”, según indicó. Elegía arbitrariamente a sus víctimas, de 34 a 96 años.

Todos tratan de comprender cómo el enfermero pudo cometer esos homicidios, de 2000 a 2005, en los hospitales donde trabajaba, sin que sus jefes, la policía o la justicia pudieran reaccionar.

“No era necesario ser Sherlock Holmes” para comprender que un asesino estaba actuando, dijo Christian Marbach, el nieto de una de las víctimas asesinadas por Högel. En el juicio, ayer, al ser interrogado sobre si reconocía tales cargos, Hogel respondió: “Sí”.

¿Por qué ha decidido reconocerlo todo? “Al leer los archivos recuperé los recuerdos, y con la terapia (...) comencé a reconocer el alcance del crimen”, dijo por la tarde, y también reconoció “su vergüenza”.

“Que esto llegue así, no lo esperaba, ahora tenemos la ocasión de dar un gran paso adelante”, dijo la nieta de un difunto, Christian Marbach.

Este hombre de 41 años, que purga ya una cadena perpetua desde hace diez años por otros seis asesinatos similares, comparte la sala de audiencia con decenas de familiares de los difuntos en el centro multiuso de Oldenburgo, en el norte del país, por falta de espacio en el mismo tribunal.

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