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CIUDAD DEL VATICANO (EFE).Tras hacer su ingreso en la Basílica de San Pedro, Francisco abrazó cariñosamente a Benedicto XVI que vive en un convento en El Vaticano y es renuente a las apariciones públicas.
El papa emérito ha sido saludado “con afecto y veneración” por el neocardenal y secretario de Estado, Pietro Parolin, que en el discurso inicial dijo que estamos “encantados de su presencia entre nosotros”.
En el discurso antes del nombramiento de los 19 cardenales, el papa Francisco les aseguró que “ser un seguidor de Jesús es embarcarse en una aventura de santidad y amor, cuya medida es aquella que no tiene medida y también puede exigir el don de la vida, como sucedió y sucede a muchos cristianos en el mundo”.
“Expresamos juntos nuestra cercanía espiritual a las comunidades eclesiales y a todos los cristianos que sufren discriminación y persecuciones”, dijo el Papa argentino.
Tras la lectura en latín del ritual de creación de cardenales, Francisco les colocó el capelo o birreta roja y el anillo –los signos del cardenalato– y les asignó una iglesia o diaconía de Roma, como signo de su participación en el cuidado pastoral del pontífice por la Ciudad Eterna.
A excepción de los cuatro miembros de la curia, el Papa solo ha elegido a tres europeos, el arzobispo de Perugia (Italia) y el de Westminster (Gran Bretaña) y el arzobispo emérito de Pamplona y obispo emérito de Tudela (España). Del resto, cinco proceden de Latinoamérica, dos de Asia y dos de África.
Por primera vez en su historia, Haití, golpeada por las catástrofes naturales y la pobreza, tiene un cardenal, el arzobispo de Les Cayes, Chibly Langlois, de 55 años.
Al arzobispo de Río de Janeiro, Dom Orani Tempesta, la noticia de su designación le sorprendió tras dar una misa en la Cruzada San Sebastiao, un deprimido complejo de edificios de interés social.
El nuevo cardenal nicaragüense, Leopoldo José Brenes Solórzano (64 años), arzobispo de Managua, escenifica la imagen de pastor humilde y de la “Iglesia pobre para los pobres” que quiere el pontífice en su Iglesia y se le puede ver conduciendo él mismo su camioneta para trasladarse en sus quehaceres cotidianos.
Menos sorprendentes fueron las designaciones del salesiano ítalo-chileno Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia episcopal nacional, y buen amigo del Papa; así como la del argentino Mario Aurelio Poli, llamado a ser el sustituto de Bergoglio al frente de la archidiócesis de Buenos Aires.