En favelas brasileñas, niños juegan a ser narcos, vistos como “héroes”

En favelas de Río de Janeiro los niños juegan a ser narcotraficantes, una costumbre cada vez más extendida, pues se instala cierto glamour en torno al delito, según señalan especialistas. Mientras, los agentes que luchan contra las bandas criminales son los “malos” en esos juegos. Una situación que, más allá de lo anecdótico, esconde una realidad que preocupa, dado el ambiente, inmerso en el narcotráfico, en que esos niños crecen.

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BRASILIA (ANSA). Días atrás, la Policía recibió una llamada sobre una banda armada que se escondía en una zona de vegetación cerrada de la comunidad Dos Gardenias, en la zona de Jacarepaguá.

Un grupo de agentes fue enviado hasta el lugar de difícil acceso, donde descubrieron que los “sospechosos” no eran más que unos chiquilines con armas de fogueo que se divertían simulando ser traficantes.

“Los chicos juegan con aquellos que vivencian en su día a día, y con lo que proyectan para su futuro, y lo que vemos en este caso es que ellos quieren ser delincuentes”, explicó el antropólogo Paulo Storani.

“Lamentablemente, lo que estamos viendo con estos niños de Dos Gardenias es un retrato de nuestra realidad”, prosiguió Storani.

Realismo preocupante

Storani contó que se sorprendió ante lo fidedigno del “campamento” creado por los chicos.

Allí había armas bastante parecidas a las reales y bolsitas que contienen harina para simular la cocaína, como se la ve en las “bocas de fumo”, que es como se llama en el argot callejero a los puntos de venta al público.

“Se ha glamourizado el delito, se romantiza la imagen de los delincuentes”, comenta Storani empleando la misma expresión utilizada por el hijo del narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria.

Juan Pablo Escobar visitó São Paulo, donde habló de sus libros sobre su padre, el fallecido jefe del cártel de Cali, y “lamentó” que algunos jóvenes lo vean como una especie de “héroe romántico”, consecuencia entre otras cosas de la imagen construida por la serie “Narcos”.

“El Pablo Escobar Gaviria verdadero, no el que se ve en ‘Narcos’, era mucho más cruel”, plantea su hijo y recomienda no “apostar” en ser parte de los cárteles.

Para la socióloga Silvia Ramos, los chicos son permeables a ese mundo imaginario, pero fundamentalmente son influenciados por la cotidianeidad de la guerra que asola a las favelas cariocas, donde bandas criminales retomaron parte del poder territorial que habían perdido en las operaciones policiales que habían liberado varios de esos barrios.

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