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“Puede que no haya una pistola humeante, pero hay una sierra humeante”, afirmó el senador republicano por el estado de Carolina del Sur Lindsey Graham, en referencia al hecho de que el periodista fue descuartizado por un grupo de agentes tras ser asesinado en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.
En un sentido similar se expresó el demócrata Bob Menéndez, quien sostuvo que, tras escuchar durante la audiencia de Haspel las conclusiones a las que ha llegado la CIA, está “aún más seguro que antes” de la implicación de la corona saudí en la muerte de Khashoggi.
Más lejos fue el también republicano Bob Corker, senador por el estado de Tennessee, quien declaró que “no hay duda” de la implicación de Bin Salmán en la muerte del columnista del diario The Washington Post.
“Si estuviera frente a un jurado sería declarado culpable en treinta minutos. La cuestión es qué vamos a hacer”, apuntó Corker.
El republicano consideró que la actual postura del Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha evitado romper lazos con Riad debido a las fuertes relaciones comerciales existentes entre ambos países, envía un mensaje de que “se puede matar a periodistas” y quedar impune.
A pesar de que la CIA no ha divulgado los resultados de su investigación, la semana pasada algunos medios desvelaron que la agencia de espionaje había llegado a la conclusión de que el asesinato de Khashoggi no se podía haber producido sin el visto bueno de la corona.
Khashoggi fue asesinado el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul a donde acudió para recoger unos documentos que le permitieran casarse con su prometida turca.
En el consulado le esperaban un grupo de 15 agentes llegados del reino, algunos de ellos cercanos al príncipe heredero, que fueron quienes le asesinaron.