El Sínodo católico no se pone de acuerdo sobre divorciados

El Sínodo se aproxima a su fin dividido aún sobre si se debe seguir negando sacramentos a divorciados y parece prevalecer la idea de que sea el Papa quien decida finalmente o que incluso se deje el tema para futuras reuniones. Distintos grupos polemizan por posturas tradicionales.

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VATICANO (EFE).Según el tercero de los resúmenes de los diferentes grupos lingüísticos de los participantes del Sínodo publicado ayer y en el que se afronta esta cuestión, todo parece indicar que los padres sinodales evitarán tomar decisiones.

Los 270 participantes con derecho a voto han sido repartidos en los círculos menores, en función del idioma utilizado, y cada uno de estos ha elaborado tres diferentes resúmenes con sus aportaciones, que servirán para redactar el documento final que tendrán que aprobar con una votación el sábado.

En uno de los grupos, de lengua francesa, se explica que sobre la situación de los divorciados vueltos a casar y respecto a su acceso a los sacramentos, se votó “mantener la disciplina actual”.

En otro grupo, inglés, se explicó que “una mayoría, aunque sin consenso total, afirmó que se debe continuar con la práctica de la Iglesia en cuanto a la participación en la eucaristía de los divorciados y vueltos a casar por lo civil”.

Otro grupo de obispos de lengua inglesa habla de la necesidad de la llamada “escucha reverente” para analizar cada tipo de problemática que se presente, pero evita tomar decisiones sobre los divorciados vueltos a casar y su admisión a los sacramentos. Piden que el papa Francisco, “teniendo en cuenta el abundante material que ha surgido durante este proceso sinodal, considere el establecimiento durante el año jubilar de una Comisión Especial para estudiar la misericordia (...) en las circunstancias de las personas en las uniones irregulares”. En otro grupos de habla inglesa se explicó que “hubo poco entusiasmo” por la solución del llamado “camino penitencial” para que los divorciados vueltos a casar consigan su perdón, y se indicó que se necesita un mayor estudio.

Por ello votaron de momento por reafirmar la actual la disciplina de la Iglesia.

Añadieron que sobre la comunión a divorciados, al tratarse de un asunto que toca a la doctrina, se tendría que abordar “en un concilio ecuménico, y no en un Sínodo”.

Hubo un llamamiento para crear “una comisión para estudiar el tema de la comunión para los divorciados y vueltos a casar, para llegar a una mayor precisión teológica”.

El grupo de padres sinodales italianos pide que, bajo la supervisión de un obispo o presbíteros, se pueda analizar cada caso de divorciados ante la imposibilidad de adoptar criterios generales.

Y en el grupo hispanohablante se afirmó que “no basta con hablar de caminos de misericordia y cercanía, sino que debe llegarse a propuestas concretas porque, si no, se van a quedar en palabras bonitas pero vacías”.

Este grupo fue el único que planteó un movimiento generoso respecto a los divorciados vueltos a casar.

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