QUITO, 29 (EFE, AFP, Reuters). ‘‘El momento no creo que sea de izquierda ni derecha; creo que hay un momento de retomar los viejos caminos de Sucre, de Bolívar (...) una América Latina que vuelve sobre sus propios pasos, porque América Latina perdió el rumbo. El siglo XX fue un siglo perdido para nuestro continente’’, indicó el Mandatario venezolano en la capital ecuatoriana.
El gobernante dijo tener similitudes con el jefe de Estado electo de Ecuador, el ex coronel Lucio Gutiérrez, pero defendió que cada uno tiene su personalidad.
‘‘Chávez es Chávez. A mí también me dijeron en una época y todavía algunos me tratan de decir el Fidel de Venezuela. Fidel es Fidel; Hugo es Hugo; Lucio es Lucio’’, dijo a los periodistas.
‘‘A mí se me parece Lucio muchísimo al barro ecuatoriano, al alma ecuatoriana, al pueblo ecuatoriano’’, añadió, insistiendo en que ‘‘él (Gutiérrez) tiene su perfil propio’’.
‘‘Hay alguna semejanza: los dos somos soldados, estuvimos presos, hoy somos presidentes’’, subrayó.


CASTRO, CHAVEZ Y NOBOA ENCIENDEN LA ‘‘LLAMA ETERNA’’ CON GUAYASAMIN

‘‘La Capilla del Hombre’’, el sueño del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín y un símbolo de la identidad cultural de Ecuador y América, se inauguró hoy en memoria de las sociedades víctimas de la guerra y las torturas de toda especie. Los presidentes de Ecuador, Gustavo Noboa; de Cuba, Fidel Castro, y de Venezuela, Hugo Chávez, participaron en la ceremonia de encendido de la ‘‘llama eterna’’ en la Capilla de Guayasamín, quien estuvo presente con su obra aunque murió en 1999.
Los tres mandatarios juntaron sus manos en señal de unidad tras encender la ‘‘llama eterna’’ en el interior de la Capilla, un complejo arquitectónico cultural situado en un cerro de Quito a pocos metros del árbol donde están las cenizas del pintor.
En el discurso de inauguración, Noboa destacó que la Capilla es un ‘‘símbolo de identidad para Ecuador y América, un símbolo de libertad, de justicia, de paz para nuestros pueblos’’.
Subrayó el anhelo de Guayasamín de denunciar con su arte la opresión, la marginación y la pobreza. ‘‘Oswaldo pintó al hombre que reclama su dignidad’’, anotó.