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A un mes del delicado sínodo de los obispos sobre la familia, esta reforma podría ser mal vista por algunos prelados conservadores que temen que se trate de la introducción de un divorcio católico disimulado, pese a que solo atañe al procedimiento y no a los motivos.
La reforma, anunciada en dos “motu proprio” (carta papal) –una para la Iglesia romana y otra para las Iglesias orientales vinculadas a Roma– refleja la voluntad de Jorge Mario Bergoglio de desburocratizar la justicia vaticana y de otorgar un papel central a los obispos.
En las cartas, el Papa hace también referencia al “gran número de fieles” que actualmente no pueden anular sus nupcias “debido a la distancia física y moral” con las “estructuras jurídicas” de la Iglesia.
El Santo Padre decidió que una sola sentencia bastará para decretar la nulidad del matrimonio eclesiástico, en vez de las dos que se requerían hasta ahora.
El recurso al tribunal de la sede apostólica romana, la Rota, seguirá siendo posible, pero excepcional. Para pronunciarse sobre un recurso de anulación, el obispo designará a un juez único del clérigo, y deberá asegurarse de que “ningún laxismo será permitido”.
Un trámite más corto está previsto para los casos de anulación más evidentes. En estos casos, el obispo de la diócesis será él mismo juez, con el fin de que las decisiones respeten “la unidad católica en la fe y la disciplina”.
El papa Francisco decidió también que el procedimiento sea gratuito para todos, con la ayuda de las conferencias episcopales a las que se les pide otorgar una “retribución digna” al personal de los tribunales.
“En un asunto tan estrechamente relacionado con la salvación de las almas, la Iglesia, mostrándose como una madre generosa, manifiesta el amor gratuito de Cristo que salvó a toda la humanidad”, afirmó el Papa.
Desde su elección en 2013, Francisco había hecho hincapié en la desigualdad existente entre los fieles frente a la anulación del matrimonio católico, percibido como un privilegio para los más acaudalados.
Varias celebridades, como la princesa Carolina de Mónaco, obtuvieron la nulidad de su matrimonio.