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En un video aparece el Papa y su viejo amigo Yayo Grassi en momento en que se abrazan cálidamente el 23 de setiembre en la Embajada del Vaticano en Washington.
Fue un gesto típico del afectuoso Pontífice, pero también cargado de simbolismo en vísperas de la asamblea de obispos que abre mañana en el Vaticano y en la que se revisará la posición de la Iglesia Católica ante la homosexualidad y otros polémicos temas familiares.
“Yayo Grassi es un exalumno argentino a quien el Papa ya había visto otras veces en el pasado y a quien le había pedido que le presentara a su madre y a algunos amigos durante su visita a Washington”, dijo el padre Federico Lombardi.
Grassi dijo a CNN que acudió a la breve cita junto a su pareja Iwan y varios amigos y que el Papa había concertado la reunión semanas antes de su visita de seis días a Estados Unidos a fines de setiembre.
Esta semana se supo además que el Papa se había reunido en privado con Kim Davis, una funcionaria pública de Kentucky que estuvo presa unos días porque se negaba a emitir licencias de matrimonio a personas del mismo sexo.
El Vaticano dijo en un comunicado, también ayer, que este encuentro con Davis no debe ser interpretado como un apoyo a su posición en este controversial asunto.