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CIUDAD DEL VATICANO (AFP, ANSA). Días atrás se hizo pública una carta de cuatro cardenales denunciando la “ambigüedad” de un documento papal sobre la familia.
Los cardenales pedían que el Papa explique con claridad si los divorciados vueltos a unirse a otra pareja podían o no comulgar, al estar viviendo en pecado.
El documento papal, llamado “Amoris Laetitia” (“La alegría del amor”), sin poner en duda el dogma del matrimonio católico indisoluble, abre la vía a que los divorciados puedan comulgar, en situaciones determinadas, en función de lo que decida, en cada, caso el obispo.
En una entrevista al periódico “Avvenire”, el sumo pontífice respondió, aludiendo a este espinoso tema para la Iglesia Católica, que “algunos siguen sin comprender que no todo debe ser blanco o negro, sino que es necesario discernir”.
En la entrevista, Francisco declaró que “la Iglesia existe solo como instrumento para comunicar a los hombres el diseño misericordioso de Dios”.
Por su parte, uno de los cuatro cardenales que firmaron la carta, el estadounidense Raymond Burke, ratificó su postura en una entrevista publicada en el periódico católico The Register.
“Esta idea, por ejemplo, de que el Papa tendría que ser una especie de innovador que lidere una revolución en la Iglesia o algo similar es totalmente ajena al cargo de Pedro”, aseguró.
“El Papa es un gran servidor de las verdades de la fe tal y como le fueron transmitidas en una línea sin ruptura desde los tiempos de los apóstoles”, dijo.
El cardenal también destaca que “la autoridad eclesiástica solo está al servicio de la tradición” y en algunos los prelados tienen la obligación de señalar los “errores” del Papa y pedir que los corrija.
Nuevos cardenales
Diecisiete nuevos cardenales fueron creados ayer por el papa Francisco, teniéndose así por primera vez un colegio cardenalicio con menos miembros europeos.
“Amad, haced el bien, bendecid y rezad”, les instó el Papa, quien lamentó que el “desconocido, o el inmigrante o el refugiado” se convierta a veces para nosotros en un “enemigo”.
“Venimos de países lejanos (...) con idiomas, colores y costumbres diferentes (...) pensando de forma diferente y celebrando la fe con ritos diferentes. Y nada de esto nos convierte en enemigos”, resaltó Francisco.
El nuevo colegio cardenalicio está integrado por 228 miembros, y ahora tendrá un 45% de electores de Europa (contra el 52% que había cuando el papa Francisco fue elegido en marzo de 2013).
Los cardenales eligen al Papa, pero dejan de ser electores a los 80 años.
El colegio actual está compuesto por 112 europeos, de los cuales 54 son electores; 27 de América del Norte (17 electores); 8 de América Central (4 electores); 27 de Sudamérica (13 electores); 24 de África (15 electores); 24 de Asia (14 electores); 6 de Oceanía (4 electores).