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Juan Pablo II pronunció esas palabras en el mensaje de despedida al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que ha estado varios días en el Vaticano en una visita destinada a fomentar los vínculos entre las jerarquías católica y ortodoxa.
El Pontífice romano se dirigió a su interlocutor como "santidad" y le agradeció su estancia en Roma. Su presencia "nos ha permitido mostrar a los fieles un signo vivo de fraternidad y de confirmar el propósito de avanzar con decisiones hacia la meta de la unidad plena de católicos y ortodoxos", añadió.
"Es bonito que los hermanos vivan juntos en ese común reconocimiento hacia Dios, que es el Padre de la Luz del que salen todos los dones perfectos", dijo el Papa en sus palabras de saludo a Bartolomé I.
Juan Pablo II señaló que, aparte de los encuentros y ceremonias conjuntas celebradas estos días con la delegación de Constantinopla, ha tenido un momento especial de alegría.
El Pontífice romano se dirigió a su interlocutor como "santidad" y le agradeció su estancia en Roma. Su presencia "nos ha permitido mostrar a los fieles un signo vivo de fraternidad y de confirmar el propósito de avanzar con decisiones hacia la meta de la unidad plena de católicos y ortodoxos", añadió.
"Es bonito que los hermanos vivan juntos en ese común reconocimiento hacia Dios, que es el Padre de la Luz del que salen todos los dones perfectos", dijo el Papa en sus palabras de saludo a Bartolomé I.
Juan Pablo II señaló que, aparte de los encuentros y ceremonias conjuntas celebradas estos días con la delegación de Constantinopla, ha tenido un momento especial de alegría.