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MÚNICH, Alemania (AFP). “Se pueden decir las cosas más claramente: hemos caído en un nuevo período de Guerra Fría”, declaró Medvedev.
“Lo que queda es una política inamistosa y cerrada, según nosotros, de la OTAN con respecto a Rusia”, afirmó el primer ministro ruso.
“¿Necesitamos de verdad un tercer terremoto mundial para comprender que lo que hace falta es cooperación, en lugar de confrontración?”, se preguntó.
Rusia y Occidente mantienen posiciones encontradas en el conflicto sirio, donde Moscú apoya abiertamente al régimen de Damasco, denostado por los segundos.
En Ucrania, Moscú apoya a los separatistas del este, ante el acercamiento a Occidente de Kiev.
Ucrania
La asociación estratégica de la UE con Ucrania originó el conflicto abierto en este país en 2014, que vivió una rápida escalada con la incorporación de Crimea a Rusia, las sanciones occidentales contra Moscú y el congelamiento de numerosos espacios de diálogo.
Medvedev señaló que “crear confianza es difícil”, mientras que el canciller Serguei Lavrov reclamó “un regreso a la cultura del diálogo”, y denunció “la moda de la rusofobia en ciertas capitales”.
Por su lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la alianza no quiere “una nueva guerra fría”, aunque su respuesta “debe ser firme” ante “una Rusia más afirmada, que desestabiliza el orden regional europeo”.
En un tono más incisivo, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, descartó un levantamiento de las sanciones a Rusia al hilo de la crisis ucraniana.
“La elección para Rusia es sencilla: aplicar plenamente los acuerdos de Minsk (sobre Ucrania) o seguir enfrentando dañinas sanciones económicas”, explicó.
Siria
Sobre el conflicto sirio, Rusia sostiene que para aplicar la tregua pactada la semana pasada es esencial establecer contactos militares con los estadounidenses.
“Si no hay contacto diario entre los militares (...) no podremos aplicar nada”, advirtió el ministro de Exteriores ruso.
Mientras, Estados Unidos, al frente de una coalición que ataca por aire a los yihadistas en Irak y Siria desde 2014, acusa a Moscú de estar bombardeando mucho más a grupos rebeldes “moderados” que a los yihadistas del Estado Islámico.
En esa línea, el secretario de Estado Kerry dijo que “para adherir al acuerdo (sobre la tregua), es esencial que Rusia cambie de blancos” en Siria.