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PARÍS (AFP). Aunque ambos se presentan como “el candidato de la renovación” en un país ávido por un cambio político, el europeísta Emmanuel Macron y la nacionalista Marine Le Pen proponen a los franceses un futuro antagónico.
Aunque ambos candidatos citan en sus discursos al general Charles de Gaulle, héroe de la resistencia francesa bajo la ocupación nazi, exaltan la historia de Francia, su cultura y sus glorias.
Y los dos llamaron a terminar con la alternancia en el poder entre los dos grandes partidos tradicionales, los socialistas y los conservadores, que dominan la política francesa desde hace más de medio siglo.
Dos Europas
Sus grandes diferencias afloran sobre todo en torno a la apertura de Francia a Europa y el mundo.
Mientras que el liberal Macron aboga por una Europa fuerte, la ultranacionalista Le Pen quiere negociar la salida del euro y del espacio Schengen (libre circulación entre los países) y propone celebrar un referéndum para salir de la UE.
Dos mundos
El discurso de Macron, que defiende el liberalismo económico y social, seduce sobre todo a los jóvenes urbanos y a la clase media.
El discurso antiinmigración y antieuropeo de Le Pen atrae a la población rural, y a la de menor formación académica y capitaliza el hartazgo de los franceses ante el desempleo endémico.
Él defiende una “Francia abierta” a la que quiere devolver el “optimismo”, ella promete responder al miedo vinculado a la inmigración, al islam y la seguridad para “defender a nuestra civilización”.
Los militantes del partido de Marine Le Pen hablan de “demostraciones de fuerza”, abuchean a sus adversarios y corean “estamos en nuestra casa”.
Emmanuel Macron, siempre con una sonrisa, ve en sus seguidores una “demostración de aspiración” y advierte a sus militantes: “Mis amigos, aquí no abucheamos a nadie”.