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KIEV (AFP).“Conforme a los acuerdos de Minsk del 12 de febrero, Ucrania comienza a retirar los cañones de 100 milímetros de la línea de demarcación”, indicó el estado mayor del ejército de Ucrania en un comunicado.
“Este es el primer paso en la retirada del armamento pesado que se hará bajo la supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)”, agregó el comunicado.
Sin embargo, el ejército advirtió que puede “revisar el calendario de la retirada en caso de intentos de asalto” de los rebeldes prorrusos.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, el noruego Jans Stoltenberg, lanzó desde Roma una severa advertencia a Rusia y a los separatistas prorrusos del este de Ucrania.
“Rusia transfirió en los últimos meses más de mil piezas de equipamiento, de artillería, de sistemas avanzados de defensa antiaérea y tanques” a Ucrania, dijo Stoltenberg.
Rusia “debe retirar esos equipamientos y dejar de apoyar a los separatistas”, agregó Stoltenberg en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro italiano Matteo Renzi.
Stoltenberg advirtió además que “cualquier extensión del territorio en manos de los separatistas” ucranianos será “inaceptable”.
Poco antes del inicio del repliegue de las armas pesadas, Rusia había denunciado la “mala voluntad” de Estados Unidos y la Unión Europea para aplicar el acuerdo de paz firmado en Minsk tras las amenazas de nuevas sanciones proferidas por los occidentales.
Retraso
La retirada de las armas pesadas prevista por los acuerdos de Minsk 2, firmados tras la mediación de Francia, Alemania y Rusia, debía comenzar el domingo pasado, pero el Gobierno ucraniano se negó hasta tanto no se respetara totalmente el alto el fuego.
El miércoles el ejército ucraniano se congratuló de que no hubiera habido muertos en sus filas por primera vez en un día desde la entrada en vigor del alto el fuego el 15 de febrero.
Por su parte, la OSCE dijo que el retorno a Ucrania de ucranianos refugiados en Rusia se había intensificado desde el inicio del alto el fuego el 15 de febrero.
Esa evolución se debe a “la mejora de la seguridad y la estabilidad en la zona”, dijo un responsable de la OSCE.
El miércoles los separatistas prorrusos habían mostrado a la prensa lo que presentaron como una retirada de armas pesadas de su bastión de Donetsk, pero la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) dijo que no podía confirmar si se trataba de un repliegue o de un movimiento de rutina.
Unir Rusia y Crimea
Otro portavoz militar ucraniano, Anatoli Stelmakh, denunció una “concentración de tropas enemigas” cerca de Mariupol, un puerto estratégico a orilla del mar de Azov, última gran ciudad del este de Ucrania controlada por el gobierno central.
La ciudad portuaria de Mariupol es considerada como el próximo objetivo potencial de los separatistas prorrusos después de la toma del nudo ferroviario de Debaltsevo, situado estratégicamente entre Donetsk y Lugansk, las principales ciudades rebeldes.
El control de Mariupol permitiría a los separatistas construir un puente terrestre entre Rusia y Crimea, territorio anexado por los rusos en marzo de 2014.
A pesar de una relativa calma en el frente, los occidentales, en primer lugar los estadounidenses, dudan de la voluntad de Rusia de poner fin al conflicto.
Rusia, acusada de armar a los rebeldes y de haber enviado tropas regulares al este de Ucrania, desmiente cualquier implicación en el conflicto que en diez meses causó la muerte de más de 5.800 personas.