El ejército tailandés decreta la ley marcial

Tras varios meses de crisis política y de manifestaciones contra el Gobierno, el ejército tailandés impuso ayer la ley marcial, desplegó tropas en Bangkok y censuró los medios de comunicación, aunque aseguró que “no se trata de un golpe de Estado”. La oposición cree que es la mejor jugada para resolver la crisis.

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BANGKOK (AFP). “Declarar la ley marcial no constituye un golpe de Estado, sino que tiene por objetivo restaurar la paz y el orden público”, afirmó el Ejército en un comunicado leído de madrugada en la televisión controlada por los militares.

El primer ministro interino, Niwattumrong Boonsongpaisan, llamó al ejército a actuar “con respeto a la Constitución”. Su Gobierno no había sido informado por los militares que ellos iban a declarar la ley marcial.

Niwattumrong Boonsongpaisan propuso este martes celebrar elecciones legislativas el 3 de agosto.

“El Gobierno propuso la fecha del 3 de agosto para las elecciones”, declaró.

La oposición exige en la calle la salida de su Gobierno, si es necesario por la fuerza.

Niwattumrong asegura que la ley está de su parte, en espera del nombramiento de un primer ministro después de las legislativas que su gobierno interino desea organizar este verano (boreal), después de que las anteriores fueron invalidadas por la justicia en febrero pasado.

Las fuerzas armadas también desplegaron este martes soldados en las calles del centro de la capital y decretaron la censura de los medios de comunicación en nombre de la “seguridad nacional”.

Diez canales de televisión, vinculados a los sectores pro y antigubernamentales, fueron clausurados y dejaron de emitir inmediatamente.

Pero el jefe del ejército dejó al gobierno interino civil en sus funciones y luego invitó a los enemistados grupos políticos del país a iniciar conversaciones.

Estados Unidos, Japón y los vecinos del sur de Asia pidieron a Tailandia que siguiera una senda democrática y resolviera sus diferencias pacíficamente.

“Todavía no es un golpe”

“Nosotros permanecemos en nuestro lugar. Nuestras posiciones no han cambiado”, declaró a la AFP Jatuporn Prompan, el líder de los Camisas Rojas, repitiendo que su movimiento no aceptaría un golpe de Estado, pero opinando que “todavía no es un golpe”.

La oposición asegura que está en su última línea recta contra el gobierno interino, luego de la reciente destitución de la primera ministra Yingluck Shinawatra.

Los opositores la acusan de ser la marioneta de su hermano, el exprimer ministro Thaksin Shinawatra, derrocado por un golpe de Estado en 2006 y quien a pesar de su exilio sigue siendo un factor de división en el país.

“Nosotros estamos convencidos de que la invocación de la ley marcial beneficiará a nuestro movimiento y servirá a nuestra causa”, reaccionó Sathit Wongnongtoey, uno de los dirigentes de los manifestantes opositores.

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