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BEIRUT (AFP). Durante toda la jornada, los aviones del régimen sirio de Bashar al Asad y de Rusia, su principal aliado, bombardearon los barrios rebeldes de esta ciudad, según un corresponsal de la AFP.
Otras zonas rebeldes al sur de Alepo fueron blanco de docenas de ataques aéreos de las fuerzas sirias en las últimas horas, según una fuente militar citada por medios estatales.
El sábado, los rebeldes, apoyados por el Frente Fatah al Sham (antiguo Frente Al Nusra, que renunció a su vínculo con Al Qaeda) dieron un giro completo a la situación en Alepo al romper el asedio impuesto desde el 17 de julio a sus barrios del este y rodear las zonas controladas por el régimen en el oeste de la ciudad.
El régimen reconoció implícitamente la amenaza que pesa sobre los distritos bajo su control, donde los habitantes comenzaron a almacenar alimentos.
“Nuestras tropas se redesplegaron después de haber hecho frente al choque del ataque de miles de mercenarios y encontraron una vía alternativa para el suministro de comida y gasolina”, aseguró la televisión pública.
“El ejército sirio y sus aliados sufrieron una derrota muy dura”, afirmó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
La alianza de grupos rebeldes y yihadistas anunció el sábado que conquistó el barrio gubernamental de Ramusa, en la periferia sur de Alepo.
Desde allí, lograron abrir una ruta con los barrios rebeldes del este, donde el régimen tenía asediados a unos 250.000 habitantes.
La ruta abierta por los rebeldes sigue siendo, no obstante, peligrosa para los civiles, subrayó Abdel Rahman.
Según él, son los barrios prorrégimen los que están asediados. “Ya no hay ninguna ruta segura para los civiles que se encuentran en estos barrios para entrar o salir de la ciudad”, apuntó.
Al menos 130 civiles han muerto desde que la alianza de grupos islamistas y yihadistas lanzara una contraofensiva en el sur de Alepo el 31 de julio, según el OSDH.