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Las tropas que responden al presidente sirio Bachar al Asad lograron ayer llegar a la frontera con Irak, en el sureste de Siria; se trata de una región que en las últimas semanas estuvo bombardeada intensamente por la coalición internacional (países árabes, Estados Unidos, países europeos).
Rusia e Irán apoyan al Gobierno sirio; y la coalición liderada por Estados Unidos respalda a los insurgentes.
Mientras, ambos luchan contra los extremistas del Estado Islámico (EI).
La agencia de noticias siria SANA y fuentes militares rusas dijeron que el ejército de Damasco llegó a setenta kilómetros de la frontera con Irak, al noreste de la base de las fuerzas proestadounidenses, que cuentan también con tropas enviadas por Washington, evitando así un enfrentamiento directo.
El siguiente objetivo de los leales al gobierno sirio parece estar en seguir avanzando hacia el norte, en una maniobra que intenta conectarse con las milicias leales iraquíes proiraníes, que avanzan hacia la frontera desde el lado iraquí.
En tanto, según la cadena de televisión panárabe Al Yazira, enviados rusos y estadounidenses han mantenido conversaciones secretas en los últimos días en Jordania para discutir lo que algunos llaman la “batalla de Badiya”, el vasto territorio en el este de Siria hasta ahora ocupado por el Estado Islámico y donde ahora parece jugarse un choque decisivo para establecer la influencia en el futuro de las dos partes en pugna.
En el campo de batalla, los contendientes intentan ganar la mayor cantidad de territorio para negociar en una posición de fuerza.