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WASHINGTON (EFE). El subsecretario de Estado de EE.UU., John Sullivan, pidió un incremento de la colaboración de seguridad para la lucha antiterrorista en una “gama más amplia de actores, incluidos la sociedad civil y los líderes comunitarios, el sector privado y las figuras religiosas”.
Hezbollah es una organización terrorista, musulmana chií (una rama del islam), que reivindica la lucha armada en Medio Oriente, con posibles tentáculos en Latinoamérica.
El Estado Islámico y Al Qaeda pelean contra cualquiera que no obedezca la aplicación radical del islam.
“Seguiremos liderando la lucha contra el EI, Al Qaeda y el libanés Hezbollah, pero también pedimos a nuestros aliados y socios que se unan a nosotros en esa lucha y que hagan más”, dijo Sullivan.
A la reunión, asistieron “altos funcionarios” de Paraguay, Argentina, las Bahamas, Canadá, Chile, Colombia, Honduras, Jamaica, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago, mientras que Brasil participó como observador.
Sullivan reconoció que los países de América tienen una “valiosa experiencia” en el combate contra el terrorismo y les instó a estar atentos al EI y Al Qaeda, que transmiten su mensaje “vigorosamente fuerte”; así como a la organización chií libanesa Hizbulá, que actúa de forma más “discreta”.
Al hablar sobre Hezbollah, Sullivan citó el atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, que dejó 85 muertos y que la comunidad judía atribuye al grupo extremista.
“En 1994, Hezbollah mató a 85 personas e hirió a cientos más en Buenos Aires en el ataque a AMIA, solo dos años después de atacar la embajada israelí allí. Estamos agradecidos de que los ataques de esa escala hayan sido prevenidos desde entonces, pero muchos Gobiernos afrontan tramas de Hezbollah de manera regular”, subrayó.
En su último informe sobre el terrorismo en el mundo, el Departamento de Estado avisó que Hezbollah “mantuvo interés en la región” durante 2017, que realizó operaciones en Bolivia y Perú.
De acuerdo a informaciones de prensa, el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, se plantea añadir a Venezuela a su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, debido a los presuntos nexos de Caracas con Hezbollah y los “rebeldes” colombianos Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista) y Ejército de Liberación Nacional (ELN, grupo guevarista que se alzó en armas en 1964, inspirado en la revolución cubana).
La inclusión de un país en esa “lista negra” implica la imposición de restricciones económicas a la venta de armas y veto a la ayuda económica.