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“El régimen de Al Asad tiene que parar su ofensiva. Rusia e Irán, como países con influencia sobre el régimen, tienen que detener esta catástrofe. Está en su mano hacerlo”, urgió ante el Consejo de Seguridad de la ONU la embajadora estadounidense, Nikki Haley.
La reunión del Consejo tuvo lugar prácticamente en paralelo a la mantenida en Teherán por los presidentes de Rusia, Turquía e Irán para abordar la situación en Idleb.
La guerra civil siria lleva 7 años , con cientos de miles de muertos y millones de refugiados. En 2011, comenzaron en Siria manifestaciones contra el gobierno de Bachar al Asad, que pronto se convirtieron en una sublevación por parte de sectores militares.
Comenzó así una guerra civil que fue volviéndose más y más compleja con la suma de diversos actores internos y externos.
La representante estadounidense dijo que Washington es consciente de que hay grupos terroristas que operan en Idleb, tal y como defiende Damasco, pero insistió en que hay “otras formas” de combatirlos.
Del otro lado, Rusia defendió el derecho de Damasco a recuperar todo el territorio del país y denunció que Idleb está en manos de “terroristas” que mantienen como rehén a la población.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, acusó a EE.UU. y sus aliados de querer evitar la derrota de sus “protegidos” en Siria bajo el pretexto de la protección humanitaria.