Cargando...
Dialogamos sobre el tema con él y con Céline Maye, jefa de la Comunidad para la Integración y la Cohesión Multicultural del Cantón de Neuchatel, Suiza.
–¿Cuál es el panorama en Suiza de los nuevos refugiados que huyen de la guerra y otro tipo de violencia en sus países?
–Suiza también notó un aumento de las demandas de asilo en 2015, pero en menor escala que otros países europeos. En 2015 un total de 39.523 personas depositaron una demanda (23.765 en 2014), en su mayoría provenientes de Eritrea, Siria, Afganistán e Irak. Se registran relativamente pocas llegadas de sirios que consideran Suiza como poco atractiva por motivos varios.
–¿De qué manera afecta al ciudadano, a las familias y al país esta nueva situación?
–El número de personas acogidas en 2015 es importante, pero inferior a lo que Suiza conoció por ejemplo durante la guerra de los Balcanes (ex Yugoslavia). La dificultad principal es la primera acogida, porque muchos centros han sido cerrados al principio de los años 2000.
En Suiza la mayoría de las personas no sufren consecuencias, aparte de lo que relata la prensa “que no deja de crear inquietudes, tristeza, miedo. En estos días por ejemplo un diario regional publicó la historia de dos mujeres jóvenes del cantón que fueron en forma voluntaria e independiente a la Isla de Lesbos donde llegan diariamente miles de personas huyendo. Pasaron días y noches ayudando a mujeres y niños a cambiar su ropa mojada y helada contra ropa seca”. En nuestro cantón hay personas que ofrecen espontáneamente su apartamento, material o clases de idioma. Por otra parte se escuchan voces de protesta denunciando la acogida de los refugiados y las dificultades que encuentran para adaptarse culturalmente, por ejemplo en las escuelas.
–¿Ud. piensa que estas personas llegaron para quedarse o volverán a sus países una vez que se estabilicen?
–Esto depende mucho de la situación internacional. La gran mayoría de estas personas esperan poder volver a su país lo antes posible. Sin embargo, la experiencia nos muestra que más pasa el tiempo antes de que el conflicto o que la situación difícil se resuelva, como en la dictadura de Eritrea, y menos es la gente que vuelve a su país. En particular porque el proceso de integración está en progreso y sus hijos crecieron aquí y no se quieren ir. Es muy probable que una gran parte se quedarán.
–¿Piensa Ud. que los inmigrantes pueden desplazarse también hacia Latinoamérica o hacia otros continentes?
–Salvo en el caso que ciertos países (como Canadá, actualmente) abran sus puertas y reciban refugiados en forma proactiva, no creo que estas migraciones toquen América del Sur. Quizás Norteamérica.
–¿A quién corresponde decidir qué hacer con ellos, cantidad que pueden entrar legalmente, las condiciones, etc.?
–El secretariado de Estado para las migraciones (nivel federal) recibe las demandas y decide otorgar o no la protección. Por definición, como se trata de personas que piden protección, no hay cuotas para el asilo. Toda persona que llega a Suiza y necesita protección puede pedir asilo. Si están aceptadas, serán atribuidas en forma proporcional a un cantón.