Dictan sentencia en un juicio contra De la Rúa

La Justicia argentina prevé dictar hoy sentencia en la causa que investiga al expresidente Fernando de la Rúa (1999-2001) por unos supuestos pagos de sobornos a senadores para la aprobación en 2000 de una polémica reforma laboral, señalaron ayer fuentes judiciales.

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BUENOS AIRES (EFE).La última sesión del juicio oral, que se inició en agosto de 2012, comenzará a las 10:00 hora local (13:00 GMT) de hoy con la intervención ante los miembros del tribunal del exsenador del Partido Justicialista (PJ) Ricardo Branda, y concluirá con el veredicto.

El Ministerio Público Fiscal ha solicitado en ese juicio una pena de seis años de prisión para De la Rúa, imputado como presunto coautor del delito de cohecho activo agravado.

La Fiscalía solicitó igual condena para quien fuera director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (servicio secreto) Fernando de Santibáñez, y para los exsenadores peronistas Alberto Tell, Augusto Alasino y Remo Constanzo.

En tanto, pidió la absolución de Branda y del exministro de Trabajo Alberto Flamarique y una condena a un año y medio de prisión para el exsecretario parlamentario Mario Pontaquarto, un “arrepentido” que confesó haber llevado él mismo una maleta con el dinero para el pago de sobornos.

En noviembre de 2007, Pontaquarto confirmó en un careo judicial con De la Rúa que el hoy exgobernante dio el visto bueno al pago de sobornos por 4,3 millones de dólares a senadores para que se aprobara la ley.

La Cámara Federal de Apelaciones de Buenos Aires consideró en 2009 que el pago de sobornos en el Senado en 2000 para aprobar una reforma laboral “fue un acto del Gobierno liderado por Fernando de la Rúa como presidente”.

Al presentar su alegato final, el pasado 12 de diciembre, De la Rúa aseguró que es una “gran mentira” la acusación de que él haya admitido como mandatario que se “comprara una ley”.

Para el expresidente, la causa judicial por el presunto pago de sobornos a senadores del entonces opositor Partido Justicialista para aprobar la reforma laboral “fue una maniobra que fue creciendo como un inmenso globo y culminó luego con la renuncia del vicepresidente (Carlos Álvarez)”.

Esa maniobra, a su juicio, concluyó en diciembre de 2001, con su renuncia y escondía intereses políticos y económicos para licuar deudas, lo que se concretó en 2002 con el fin del sistema de convertibilidad.

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