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ESTOCOLMO (ANSA, AFP, EFE, Reuters).Una semana de tensiones en estos barrios de inmigrantes pobres en la capital sueca abre interrogantes sobre la integración en Suecia, donde el 15% de la población es de origen extranjero.
Los disturbios habían estallado luego de que el pasado domingo 19 un inmigrante con problemas síquicos fuera abatido por la policía, que alegó haber actuado en defensa propia.
La situación continuada de violencia generó un fuerte debate sobre la creciente desigualdad social y económica y la marginación de los suburbios en un país considerado uno de los paradigmas del Estado de bienestar.
Los inmigrantes denuncian ser objeto de constantes maltratos, insultos racistas y hostigamientos de parte de la policía.
Bajo este cuadro de tensión racial subyacen los problemas de desempleo y pobreza que afectan principalmente a los inmigrantes.
La segregación por el lugar en que vives, el simple hecho de vivir en una “mala dirección” , constituye según los sociólogos, uno de los principales obstáculos para que los inmigrantes encuentren un empleo tan rápidamente como el resto de la población.
Entre los suecos inmigrantes de segunda generación, muchos explican que tienen muchas dificultades para llegar al final de un proceso de selección para un trabajo.
Suecia está considerada como un modelo en Europa por su bajo nivel de desempleo (8,2% en abril) pero no es el caso de los jóvenes pues el 27,2% de los menores de 24 años están en paro.
“Hay mucha rabia contra la policía y mucha rabia contra los políticos”, dice un trabajador social quien relata la dificultad de conseguir un trabajo para los que viven en los barrios pobres habitados por extranjeros.
La creciente preocupación sobre la inmigración ha coincidido con temores por el empleo, derivados de fuertes recortes en la industria automotriz y electrónica
A raíz de la crisis europea el tema de la inmigración está en el centro del debate en una país caracterizado por la buena acogida brindada a los extranjeros.