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El tema ha vuelto a cobrar interés esta semana en Bolivia debido a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile que se realiza hoy.
La relación bilateral ha sido históricamente de altibajos, pero el “clima auspicioso” que supuso el acercamiento entre Bolivia y Chile en 2006 tomó un curso diferente cuando el Gobierno de Evo Morales tomó la decisión de llevar la reclamación boliviana a la CIJ, dijo a Efe el excanciller Armando Loaiza.
Debido a esta decisión, no será “tan fácil” reanudar el diálogo con el nuevo Gobierno chileno, opinó.
“Mientras el tema esté en La Haya, no veo muchas perspectivas de reanudar un diálogo sobre el tema marítimo porque la clase política chilena, incluyendo a la señora Bachelet, considera que la demanda marítima es una actitud hostil de Bolivia”, dijo Loaiza.
Bolivia perdió ante tropas chilenas 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de superficie en la llamada Guerra del Pacífico, librada a fines del siglo XIX.
Estos países no tienen una relación a nivel de embajadores desde 1962, salvo un paréntesis entre 1975 y 1978, durante las dictaduras militares de Augusto Pinochet y Hugo Banzer.
En 2006, Morales y Bachelet, entonces presidenta de Chile, establecieron una inédita agenda de diálogo de 13 puntos que incluyó por primera vez el reclamo marítimo.
Sin embargo, Morales desestimó que hubiera habido una especie de idilio con el Gobierno de Bachelet.
“Hemos caído en una trampa en la gestión de Bachelet sobre la agenda de los 13 puntos”, señaló el jefe de Estado.
La Paz argumenta que Santiago le hizo perder tiempo con el diálogo y por ello presentó la demanda, en busca de que la CIJ emita un fallo que obligue a Chile a negociar la petición boliviana.
Bachelet ya ha anticipado que la cesión de soberanía en un enclave marítimo “nunca ha estado en discusión” y que considera la demanda de Bolivia un error.