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BRUSELAS (Reuters). Los ministros se alinearon para expresar su indignación con el primer ministro griego Alexis Tsipras, al llegar a su enésima reunión de emergencia sobre la crisis de deuda griega, que pondrá a Atenas al borde del abismo económico cuando los mercados financieros abran mañana, a no ser que se apruebe una nueva ayuda.
Funcionarios de la Unión Europea pronostican que habrá un acuerdo hoy para mantener a Grecia a flote, pero dos fuentes dijeron que hay consenso entre los otros 18 ministros de que el gobierno populista en Atenas debe dar más pasos para convencerles de que honrará sus nuevas deudas.
Tsipras logró ayer el apoyo parlamentario, tras duras críticas de sus propios partidarios, de un paquete de reformas muy parecido a las medidas exigidas por sus acreedores internacionales y rechazadas por los griegos en un referendo el pasado domingo.
Wolfgang Schaeuble, ministro de Finanzas de su mayor acreedor, Alemania, y un estricto defensor de las reglas fiscales de la UE, dijo que las negociaciones serían “excepcionalmente difíciles”.
Desde que el gobierno de Tsipras llegó al poder en enero, el optimismo sobre Grecia se ha “destruido de una manera increíble en los últimos meses”, afirmó.
Un periódico alemán informó que el ministerio de Finanzas de ese país está sugiriendo que, o bien Grecia mejora sus propuestas rápidamente y transfiere bienes estatales por un valor de 50.000 millones de euros a un fondo para pagar su propia deuda, o será “alejada” temporalmente de la zona euro por cinco años.
El ministerio alemán de Finanzas declinó comentar el reporte del Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.
Varios funcionarios indicaron que nadie habló de una posible salida helena del euro en la reunión, que se tomó una pausa tras tres horas.
Otros ministros que llegaron a la reunión del Eurogrupo también hablaron de una falta fundamental de confianza después de años de promesas incumplidas griegas.