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Si se logra el cambio Grecia levantaría su veto al ingreso macedonio a la OTAN y la Unión Europea (UE).
Desde la independencia de esta exrepública yugoslava en 1991, Grecia sostiene que el nombre de “Macedonia” sólo puede aplicarse a su provincia septentrional, en torno a Salónica.
Un acuerdo logrado en junio entre los primeros ministros macedonio, Zoran Zaev, y griego, Alexis Tsipras, prevé llamar “República de Macedonia del Norte” a ese pequeño país de los Balcanes, de 2,1 millones de habitantes.
Los nacionalistas macedonios argumentan que cambiar el nombre es rendirse ante las presiones de Grecia. Uno de estos grupos denominados “Los intransigentes” (“Tvrdokorni”) logró convocar unas 200 personas ante el Parlamento para protestar. “Quien sea macedonio y de familia macedonia, de sangre macedonia y no participe en la lucha por Macedonia, no tiene descendientes, ni niños ni niñas”, emplazaron los líderes de este grupo.
El presidente macedonio Gjorge Ivanov se opone al cambio de nombre, pero la Constitución estipula que si la medida es aprobada por al menos dos tercios del Congreso, deberá firmarla.
Aunque el referéndum consultativo realizado en septiembre respaldó el cambio con un 90% a favor, fue criticado por la oposición porque más de dos tercios se abstuvo de votar.
Pero inclusive si Macedonia aprueba el cambio de nombre, aún falta que pase por el parlamento Griego.
Zaev llegó a un acuerdo con el Primer Ministro Griego, Alexis Tsipras, quien tiene una mayoría frágil en el parlamento con 153 diputados en un parlamento compuesto de 300 diputados, y donde aliados del gobierno han mostrado su oposición.