En una conferencia de prensa, el líder espiritual de los tibetanos, sin embargo, afirmó que es "optimista" sobre el futuro de la humanidad, pues indicó que percibe una mejoría en el mundo respecto a la primera parte del siglo pasado, pese a las guerras.

"Ciertos signos de cambios que nos dan esperanzas y debido a ese cambio hay motivo para sentirse optimista", afirmó el Dalai Lama, quien hoy llegó a Costa Rica desde Puerto Rico.

Advirtió: "Hay que recordar que todo depende de nosotros mismos y de lo que podamos hacer" para mejorar la situación de la humanidad.

"Creo que todos tenemos el derecho no solo de existir, sino de ser felices y todo lo que atente contra ello, como la brecha entre ricos y pobres, no es solo moralmente equivocado, sino que, además, es fuente de conflictos y problemas", apuntó.

Abogó por la eliminación de todo tipo de discriminación sea por razón de sexo o por color de piel, lo mismo que la pena de muerte, y dijo que el diálogo y la educación es lo más efectivo para que la gente tome conciencia de estos problemas y busque superarlos.

El Dalai Lama, de 69 años, consideró que es "muy prematuro" para llegar a conclusiones sobre si ha sido negativa o positiva la invasión a Irak por parte de Estados Unidos, aunque la de Afganistán sí la consideró positiva para mejorar la situación de esta nación.

"Es muy difícil predecir qué va a suceder en Irak. Por eso se debe evitar la violencia en todas partes", insistió el dirigente tibetano en el exilio.

Tras el encuentro con la prensa, se trasladó al Teatro Nacional, en San José, para ofrecer una conferencia sobre "Paz individual y paz universal", donde fue presentado por el ex presidente de Costa Rica y también Premio Nóbel de la Paz 1987 Oscar Arias Sánchez.

Entre otras actividades, mañana, lunes, el Dalai Lama tiene que mantener un almuerzo con el presidente costarricense Abel Pacheco, en la casa presidencial, y el martes se reunirá con los obispos costarricenses, antes de partir el miércoles hacia El Salvador.