Cumbre del Clima en Polonia insta a dotar de vida el Acuerdo de París

El presidente de la Cumbre del Clima de Katowice (COP24), Michal Kurtyka, instó a la comunidad internacional a “imbuir de vida y contenido” el Acuerdo de París de 2015 para contener por debajo de los dos grados centígrados el calentamiento global.

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KATOWICE, Polonia (EFE). En una rueda de prensa en el primer día de la cumbre, Kurtyka argumentó que esta cita, que reúne a unas 30.000 personas de 197 países, es una cumbre “muy importante” porque tiene que definir y articular lo acordado en el “hito” de París de hace tres años.

La comunidad internacional es bien consciente de la necesidad de actuar y hay un gran “compromiso de las partes”, agregó Kurtyka, que apuntó que “la clave” es establecer cómo actuar, en referencia a la dificultad para encajar las necesidades y exigencias de los distintos países.

El Acuerdo de París establece que hay una responsabilidad común en la lucha contra el calentamiento global, pero que cada país debe contribuir en esta tarea en la medida de su responsabilidad y sus capacidades, atendiendo a un criterio de diferenciación, según sus realidades propias.

Este equilibrio debe detallarse en el “libro de reglas” del Acuerdo de París, uno de los grandes objetivos de esta COP24, y objeto de intensas negociaciones durante estos días en Katowice.

El Acuerdo de París

PARÍS (AFP). El acuerdo sobre cambio climático adoptado en 2015 en París y ratificado hasta ahora por 183 países fija un marco global en la lucha contra el calentamiento del planeta.

No establece obligaciones vinculantes pero, precisamente, la fijación voluntaria de cada país de cuánto reducir sus emisiones de gases contaminantes (y se fijaron metas interesantes), lo hace una herramienta de las más factibles y realizables logradas hasta ahora en este campo.

La actual reunión en Katowice, Polonia, busca acordar un “reglamento” para aplicar el Acuerdo de París.

Los objetivos 

El objetivo del acuerdo es contener el aumento de la temperatura “bien por debajo de los 2 ºC” respecto a la era preindustrial y “seguir esforzándose para limitar este aumento a 1,5 ºC”.

2 o 1,5 °C son objetivos muy ambiciosos, dada la concentración récord de gases de efecto invernadero en la atmósfera y el nivel de emisiones, que se mantiene al alza.

Para permanecer por debajo de 1,5 ºC, haría falta que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) declinaran mucho antes de 2030 y de forma significativa (-45% entre 2010 y 2030), según el IPCC.

El acuerdo no preconiza metas obligatorias a cada país, sino “frenar el alza de las emisiones cuanto antes” y seguidamente “reducirlas rápidamente”. Así cada país se fija sus propios objetivos de reducción de emisiones para 2025 o 2030.

El calendario 

En la COP24, que se abrió ayer en Polonia, los países están invitados a realizar un primer balance global.

El acuerdo prevé una primera revisión al alza de los compromisos nacionales cada cinco años, la primera de ellas en 2025, una fecha demasiado tardía para respetar la meta de los 2 ºC.

Por lo tanto, los Estados están llamados a presentar planes reforzados en 2020, “última oportunidad” para emprender la trayectoria adecuada, según la ONU.

Verificación

El acuerdo de París prevé que los países rindan cuentas de sus acciones programadas y de sus resultados. Se concede cierta flexibilidad a algunos países, en particular los más pobres.

Quedan por determinar las reglas precisas de esta transparencia: ¿Qué informaciones deben incluirse en los planes nacionales y con qué grado de detalles?

La transparencia también se aplica a la ayuda financiera de los países ricos a los países en desarrollo. Estas reglas deben concretarse durante la COP24.

Ayuda a los más pobres

En 2009, los países ricos prometieron que su ayuda aumentaría hasta alcanzar los 100.000 millones de dólares anuales en 2020, para permitir a los más pobres financiar infraestructuras energéticas limpias y adaptarse al impacto negativo del calentamiento global.

El texto de París establece que esta suma es un mínimo y que se fijará un nuevo objetivo para 2025.

Según la OCDE, la financiación climática pública del Norte hacia el Sur alcanzó 56.700 millones de dólares en 2017, frente a 48.500 millones en 2016, un aumento de 17%.

Las proyecciones, basadas en los compromisos anunciados, estiman una ayuda pública de 67.000 millones en 2020.

Gracias a la inversión privada, los financiamientos podrían pasar de 77.000 a 133.000 millones de dólares en 2020.

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