Cuestionan el “aferrarse” a tesis de suicidio de Nisman

La jueza argentina Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fallecido fiscal Alberto Nisman, cuestionó ayer a Viviana Fein, encargada de la investigación que busca esclarecer las causas de la muerte, por considerar que “se aferra a la hipótesis de suicidio”.

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BUENOS AIRES (EFE).La magistrada, que integra la querella en la causa por la muerte de Nisman, volvió a apuntar ayer contra la fiscala Fein, con quien mantiene profundas diferencias desde el inicio de la investigación.

Arroyo Salgado confirmó que anteayer pidió recusar a Fein tras considerar que la fiscala “está conduciendo la investigación con un interés manifiesto en el resultado del proceso” y que no tiene en cuenta “todas las hipótesis posibles”.

Mientras la querella afirma que a Nisman “lo mataron”, Fein todavía no descarta la posibilidad de un suicidio, lo que constituye la principal diferencia entre ambas.

La fiscala no descarta la hipótesis del suicidio pese a que no encontraron pólvora en las manos del fallecido.

La fiscala Fein declaró, semanas atrás, luego de conocerse esa prueba que “el resultado del barrido electrónico de la mano de Nisman lamentablemente dio negativo”.

“Ella se aferra en todo su trabajo a probar únicamente que esto fue un suicidio. Está interesada en defender esa postura. Está llevando adelante la investigación con una falta total de objetividad y neutralidad”, criticó.

Además, pidió conformar una “junta interdisciplinaria”, tras la decisión de la Justicia argentina de cancelar la junta médica convocada por Fein y prevista para mañana que buscaba revisar las opiniones de los peritos sobre la muerte del fiscal.

Arroyo Salgado también acusó a Fein de contribuir “a un circo de denostación mediática contra Nisman” con los llamados a mujeres que conocían al fiscal para que declararan en la causa.

“Desde el inicio se han aniquilado todos los derechos de la víctima”, remarcó la magistrada.

Nisman, fiscal especial encargado de investigar el atentado contra la mutualista judía AMIA ocurrido en 1994 en la capital argentina, fue hallado muerto el 18 de enero pasado con un tiro en la cabeza, cuatro días después de denunciar a la presidenta argentina, Cristina Fernández, entre otros, por presunto encubrimiento de los iraníes sospechados de perpetrar el ataque.

Tras más de dos meses, la investigación del fallecimiento no ha arrojado resultados concluyentes.

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