Cargando...
MOSCÚ (AFP).El canciller francés Laurent Fabius denunció ayer en la ONU que los ataques aéreos rusos en Siria podrían no haber apuntado contra el EI, exigiendo garantías de los objetivos reales de Moscú.
Por su parte, la Casa Blanca dijo que es “demasiado pronto” para decir cuáles fueron los blancos de los ataques aéreos rusos en Siria, y qué resultó efectivamente bombardeado.
Poco antes, una fuente del Pentágono había dicho que los ataques rusos en Siria estuvieron dirigidos contra fuerzas de la oposición y no contra el grupo EI.
La nueva estrategia de Rusia en Siria es contraproducente y está “condenada al fracaso”, dijo Ashton Carter, secretario estadounidense de Defensa.
La participación de Moscú tiene todo para inflamar todavía más el sangriento conflicto que ya se arrastra por cuatro años con saldo de más de 240.000 muertos, advirtió Carter.
Además, el jefe de la oposición siria en el exilio, Jaled Joja, dijo que en los ataques rusos contra Homs murieron 36 personas, “inocentes que combatían al extremismo”, sentenció.
“Los rusos eligieron estas regiones porque son en las que el régimen de Bachar (Al Asad) sufrió derrotas”, explicó el politólogo libanés Zyad Majed.
Sin victoria con Asad
El EI no podrá ser vencido en Siria si Asad permanece en el poder, declaró por su parte el secretario de Estado norteamericano John Kerry.
Durante una reunión presidida por su homólogo ruso Serguei Lavrov, Kerry declaró además que Estados Unidos estaba dispuesto a aprobar los ataques rusos en Siria si son “realmente” contra el EI.
Horas antes, los aviones rusos habían golpeado “con precisión blancos en tierra de los terroristas del grupo Estado Islámico en Siria”, según un portavoz del ministerio ruso de Defensa.
Concretamente se destruyeron “equipamientos militares”, “depósitos de armas y municiones” y herramientas de comunicación del grupo yihadista, que el año pasado proclamó un “califato” en los territorios bajo su control en Irak y Siria.
Controversia
La aceleración de la intervención rusa en Siria tiene como telón de fondo un pulso diplomático entre Washington y Moscú sobre el papel de Asad, que los occidentales califican de “tirano” que debe abandonar el poder y Rusia considera un escudo imprescindible contra el yihadismo.
El lunes pasado en la ONU, en su primer discurso ante la Asamblea General en diez años, Putin llamó a la formación de una “amplia coalición antiterrorista” contra el EI, que incluya al régimen sirio y a Irán, otro aliado de Damasco.
EE.UU. que, junto a otros países, desarrollan desde hace un año una campaña aérea contra el Estado Islámico, rechaza esa idea, insistiendo en que se necesitan “nuevos dirigentes” en Damasco.