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Latinoamérica llega con una mayor inestabilidad en países como Venezuela, Nicaragua, Guatemala o Costa Rica.
Aunque el dictador venezolano, Nicolás Maduro, puso en duda su presencia, Venezuela será objetivo de al menos dos foros.
El Grupo de Lima, integrado por una docena de países latinoamericanos que considera roto el orden democrático en Venezuela, se reunirá para estudiar la posibilidad de crear una “mesa de donantes” destinada a ayudar a los migrantes venezolanos.
En paralelo, los cancilleres de Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y Perú firmarán el martes una carta para pedir a la Corte Penal Internacional (CPI) que abra una investigación sobre crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
Nicaragua es otro de los focos calientes, puesto que atraviesa una profunda crisis sociopolítica desde abril pasado que ya ha dejado cientos de muertos en protestas contra el régimen de Daniel Ortega.
Guatemala, por su parte, llega a la cita mundial con un pulso abierto con la propia ONU a cuentas de la continuidad de Iván Velásquez como jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), al que el gobierno de Jimmy Morales vetó y, por contra, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, respalda.
Además, está el caso de Cuba, cuyo nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel, se estrena ante la ONU, al igual que los presidentes de Colombia, Iván Duque, de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Perú, Martín Vizcarra..
No hay que olvidar a Brasil, cuyo presidente Michel Temer, como es tradicional, será el primero en intervenir en la Asamblea General de la ONU.
Brasil vive meses convulsos y vio cómo el expresidente Lula da Silva no podrá presentarse en las elecciones de octubre pues está en prisión por corrupción. El país suramericano está en campaña y el favorito en las encuestas es el ultraconservador Jair Bolsorano.