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En algunos barrios de la capital, y también en parques como la Casa de Campo o el Retiro, pueden verse numerosas bandadas de estas aves de plumaje verde y pecho grisáceo originarias de Paraguay, Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia.
Compiten por la comida con palomas, gorriones y urracas. Construyen nidos de hasta 50 kg, a veces incluso en instalaciones eléctricas, a base de miles de ramas que arrancan de los árboles y que en muchos casos llegan a dejar medio pelados.
Se han convertido en un dolor de cabeza en Madrid, donde, por ejemplo, están causando estragos en los árboles de los jardines del Campo del Moro, un suntuoso parque a los pies del Palacio Real, o en los cedros del parque Emperatriz María de Austria, en el sur de Madrid.
Según un censo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), en 215 había en toda España unos 20.000 ejemplares, concentrados en las zonas de Madrid, Barcelona y Málaga, con importantes colonias en otros puntos del país.