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BERLÍN (EFE). La condena emitida por la Audiencia de Lüneburg (norte de Alemania) superó la petición de la fiscalía -tres años y medio de cárcel-. Es probable que el procesado no llegue a ingresar en prisión, en atención a su precario estado de salud, cuestión esta que corresponde evaluar a la fiscalía.
La defensa había solicitado la absolución de Gröning, quien a lo largo del juicio admitió su “complicidad moral” en las muertes de Auschwitz, pidió perdón a los supervivientes y familiares de las víctimas y lamentó no haber actuado en consecuencia ante unos crímenes de los que fue perfectamente consciente.
Gröning había ingresado con veinte años en las Waffen-SS, en 1941, y dos años después empezó a servir en Auschwitz, donde asumió el cometido de incautarse del dinero, el equipaje y demás pertenencias de los deportados que llegaban al más mortífero campo de exterminio del nazismo, en la Polonia ocupada.
Contribuyó desde esa posición a financiar al III Reich, ya que se encargaba de las transferencias de esos bienes a Berlín, y fue cómplice del exterminio nazi, cuya aplicación discurría ante sus ojos.
En tres ocasiones se le destinó a trabajar junto a la llamada rampa de la muerte, pero según su testimonio no participó en la selección de presos a los que se destinaba a trabajos forzosos o los que iban directamente a la cámara de gas, por no ser aptos para el trabajo.
La acusación se centró en su papel en la llamada “Operación Hungría”, de mediados de 1944, cuando llegaron a Auschwitz alrededor de 450.000 judíos, de los cuales unos 300.000 murieron asesinados.
A diferencia de otros exponentes de justicia tardía por crímenes del nazismo -el más inmediato, el del ucraniano John Demjanjuk, condenado en 2011 a cinco años de cárcel- Gröning cooperó en el juicio con amplias declaraciones sobre el día a día de Auschwitz y su papel en la burocratizada maquinaria de exterminio.
Su relato estuvo acompañado por testimonios de los supervivientes que siguieron el juicio, tanto relativos a los experimentos humanos del médico Josef Mengele o a cómo se llevaban a cabo las operaciones de selección, gaseado e incineración de las víctimas.
Si Demjanjuk asistió a su largo juicio en silencio, postrado en una camilla, Gröning acudió auxiliado de un andador.