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El equipo logró crear tres blastocitos, es decir, embriones en el primer estadio, una masa de células no más grandes que la punta de una aguja. Los científicos trabajaron sobre 36 óvulos donados por once mujeres sometidas a tratamientos de fertilización in vitro.
Durante el proceso, el núcleo de cada óvulo fue reemplazado por toda una célula madre humana. Los óvulos fueron tratados con un pequeño sacudón eléctrico, para comenzar el proceso de crecimiento.
A partir de diez de los óvulos, los investigadores pudieron crear los tres blastocitos. El intento de extraer células madre de los blastocitos, sin embargo, no se logró porque el clon no superó los cinco días de existencia.
El experimento -explicaron los científicos- se hizo para probar que los óvulos tomados de mujeres sometidas a fertilización in vitro son aptos para producir clones.
TECNICA EMPLEADA PARA LA CLONACION
La clonación efectuada con fines científicos o terapéuticos reposa en la misma técnica que se empleó en 1996 para hacer nacer a la oveja Dolly, un caso de clonación reproductiva, ya que el procedimiento permitió el nacimiento de un animal.
Estos embriones, que tienen un centenar de células, no sirven para hacer bebés sino para hacer otras células susceptibles de curar o ayudar a comprender la génesis de una enfermedad.
Extraídas del blastocito y cultivadas para conseguir los linajes de células madre dotadas del patrimonio genético, estas se pueden diferenciar para producir cualquier tipo de células humanas (sanguíneas, nerviosas, musculares...).
A partir de estas células madre embrionarias, el objetivo sería, a largo plazo, fabricar cantidades casi ilimitadas de tejidos o células que pudieran, por ejemplo, permitir los trasplantes sin que haya problemas de rechazo.
La clonación, ya sea reproductiva o científica, necesita, por una parte, una mujer dispuesta a donar un óvulo (ovocito) y, por otra parte, un donante de material genético (hombre, mujer o niño, como en el caso de la investigación surcoreana).
El núcleo (que contiene los cromosomas) de una célula de piel o de otra célula del cuerpo (salvo de espermatozoides u óvulos) es extraído del donante y se inserta en el óvulo, cuyo propio núcleo ha sido retirado anteriormente.
Para los investigadores, la dificultad estriba en reprogramar el nuevo núcleo del óvulo para que parta de cero y ponga en marcha la formación de un embrión, ya que él viene de una célula especializada, por ejemplo, de una célula de piel que solo sabe hacer piel.
Una vez que se ha logrado hacer esta reprogramación, los investigadores dejan que el embrión se desarrolle entre cinco y seis días y entonces se extraen las células.
Según la ley británica, el crecimiento del embrión puede continuar hasta más de 14 días.
INVESTIGADOR COREANO DEFIENDE SU TRABAJO
Hwang Woo Suk, jefe del equipo de investigadores surcoreanos que realizó las primeras líneas de células madre embrionarias "a medida", defendió hoy con firmeza su investigación.
"No hemos violado ninguna ley de nuestro país", dijo en una entrevista con la agencia de noticias surcoreana Yohnap.
"Incluso hemos retrasado mucho el anuncio para estar seguros de estar en legalidad plena. Consultamos con exponentes del Gobierno, recibiendo su autorización", dijo el científico, que afirmó comprender "las dudas de quienes consideran a los embriones ya como seres humanos".
Hwang advirtió, al mismo tiempo, sobre los fáciles entusiasmos de quienes creen que ahora está muy cerca el día en que se podrán curar, con las células madre, enfermedades hasta ahora incurables.
"Todavía hay obstáculos formidables que superar -explicó- antes de conseguir hacer crecer las células madre así obtenidas en células y tejidos específicos para reemplazar a los enfermos".