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Un informe de la firma eslovaca de ciberseguridad ESET revelado esta semana presenta el podio de preocupaciones de 2018 en la región, liderado por el ciberchantaje, una amenaza que logra superar históricamente a los códigos maliciosos comunes o “malware” tras dos décadas aterrorizando a las dependencias IT de las empresas locales.
WannaCry bloqueó en mayo de 2017 más de 200.000 ordenadores de empresas e instituciones en 150 países, cifraba la información directamente y mostraba un mensaje pidiendo un rescate. Pero el ransomware no solo se quedó ahí, ya que solo dos meses después apareció el brote conocido como Diskcoder y hoy cibercriminales siguen aprovechando EternalBlue, una vulnerabilidad en el sistema operativo Windows, para practicar ciberchantaje.