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PEKÍN (EFE). Millones de chinos comenzaron hace una semana el conocido “pico de viajes”, un periodo en el que la China urbana viaja mayoritariamente hacia las zonas rurales, a sus lugares de origen, para celebrar el Año Nuevo Lunar.
En la estación central de tren de Pekín, la riada de gente no cesa ni un minuto desde primera hora de la mañana.
El tren es uno de los medios de locomoción predilectos de la población, y las cifras oficiales lo certifican: tan solo dos semanas antes de comenzar el “chunyun” (“movimiento de primavera”, el 21 de enero) la empresa de ferrocarriles de China aseguró que ya había vendido más de 200 millones de billetes.
Para poder abastecer la mastodóntica demanda, se pone en marcha medidas de contingencia: casi 4.800 trenes kilométricos de ida y mismo número para la vuelta, antes y después de los días que rodean al Año Nuevo, la fiesta más importante del país asiático. Tres cuartas partes de estos trenes serán de alta velocidad, a lo que se sumarán 532.000 vuelos y una cifra más difícil de sumar de viajes por carretera. En total se estiman casi 3.000 millones de desplazamientos para esta festividad.
Por este motivo, estaciones y aeropuertos seguirán más desbordados de lo habitual hasta el final del “chunyun”, el próximo 1 de marzo, cuando China ya esté inmersa en el nuevo Año del Cerdo.
En medio de la superstición que envuelve este festejo, los rituales para entrar con buen pie al Año Nuevo empiezan eliminando la mala suerte del año anterior –limpiando y ordenando la casa– y colocando adornos de color rojo con mensajes de buena fortuna.
Al colgar un farolillo rojo delante de la puerta se cree que se ahuyenta la mala suerte, por lo que no es extraño ver durante todo el año árboles, edificios o puertas de las casas con decorados rojos.
Horóscopo para taiwaneses
En Taiwán, el Año Nuevo Lunar es una época de augurios y supersticiones, en la que la población acude a templos y adivinos, especialmente cuando su signo del zodiaco trae malos presagios.
El horóscopo chino de Taiwán, muy seguido en el país, advierte de que el Año del Cerdo será un período marcado por la “inestabilidad” y las “revueltas”, con desaceleración económica incluida, lo que exigirá “fortaleza y resistencia”. “El cerdo es símbolo de paz por fuera, pero por dentro imperará el peligro, asegura el maestro de geomancia Tsai Shang-ji. (EFE)