Cargando...
PEKÍN (EFE).Estos campos de concentración existen por todo el país, y son usados desde los años 50 contra opositores y “alborotadores”.
Según publicó ayer el diario oficial “China Daily”, autoridades judiciales de la citada provincia confirmaron que el centenar de presos que aún queda en los campos de reeducación ubicados en Cantón completará sus sentencias este año y serán liberados.
Las autoridades de esta provincia, explica el rotativo, dejaron de aprobar ingresos en los “laogai” este mes de marzo, después de que el Gobierno chino confirmara el cierre definitivo de estas instalaciones en 2013.
“La Policía y muchos expertos legales se han dado cuenta de los inconvenientes de los laogai y han pedido la abolición de este sistema, que se ha vuelto obsoleto”, señaló a la prensa el vicepresidente del Tribunal Popular Intermedio de Cantón, Yu Mingyong.
El sistema de los campos de reeducación fue legalizado en China a finales de los años 50, y permite a las autoridades detener y encarcelar a gente hasta cuatro años, sin necesidad de celebrar un juicio.
Tras ser liberados, muchas víctimas de estos “campos de reeducación”, cuyo número total se desconoce así como el de sus prisioneros y que se dividen entre aquellos para mujeres y para hombres, han asegurado haber sufrido todo tipo de maltratos, tanto físicos como psicológicos.
La estancia en uno de estos “campos de reeducación” no impide que, tras la liberación, uno pueda volver a ser ingresado, por lo que muchas víctimas de estas detenciones superan las mencionadas condenas de 4 años.
Las autoridades habitualmente han utilizado estas cárceles para encerrar a disidentes, peticionarios que claman por justicia ante problemas como un desalojo o “alborotadores”.
En los últimos años, y tras varios casos de “reeducados” que conmovieron a la sociedad china, se han multiplicado los llamamientos de la ciudadanía y hasta en el seno del Partido Comunista a que terminara este sistema.