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La advertencia es el último capítulo en un conflicto que se intensificó desde que el presidente Donald Trump anuncio nuevas aranceles y decidió poner al gigante chino Huawei en su lista negra.
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos indispensables para la fabricación de teléfonos inteligentes a televisores, pasando por cámaras y bombillas.
El país comunista del Asia produce más del 95% de las tierras raras del mundo, y EE.UU. depende de China para el 80% de sus importaciones.
Pekín, de no exportar estos minerales, podría perjudicar a las compañías estadounidenses en una batalla más amplia para dominar el futuro de la alta tecnología.
La semana pasada se publicaron imágenes del presidente Xi Jinping en una fábrica de tierras raras, como una señal de poner fin a las exportaciones de minerales.
No es la primera vez que acusan a China de usar las tierras raras como arma política. Expertos japoneses explicaron que en 2010 China cortó temporalmente las exportaciones por una disputa territorial, lo que Pekín niega. Pero según los especialistas, el caso de Japón demuestra que China no tiene tanta influencia como parece en esta cuestión.