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Ataviados con trajes de baño, bajo quitasoles y tendidos sobre toallas en un soleado día de invierno, los estudiantes levantaron también pancartas con sus principales reivindicaciones, relacionadas con “una democratización” de las tomas de decisiones.
La Central es una de las más antiguas universidades privadas de Chile, con 13.000 alumnos, que se han integrado de forma activa a las movilizaciones que desde el año 2011 mantienen los estudiantes chilenos en demanda de una educación pública gratuita, de calidad y del fin del lucro en los establecimientos privados.
“Hemos decidido acampar en el Mapocho de forma pacífica y de manera indefinida, hasta conseguir un pronunciamiento público de nuestro rector Rafael Rosell, y de la ministra de Educación, Carolina Schmidt, respecto de nuestras demandas”, dijo a los periodistas Rafael Arias, portavoz de los jóvenes.
Según Arias, la democratización de la universidad debe darse a través de una participación “triestamental” en la toma de decisiones, es decir, de académicos, estudiantes y trabajadores de la casa de estudios.
También los jóvenes piden la elaboración de un nuevo reglamento de convivencia estudiantil y que las autoridades no realicen sumarios (investigaciones con fines de castigo) a los alumnos movilizados.
La rectoría emitió un comunicado en el que sostiene que desde el inicio del conflicto, en junio, ha llamado al diálogo y contestado de forma directa las demandas planteadas por la Federación de estudiantes.
“Reiteramos que mientras existan medidas de fuerza, como la toma de sedes institucionales, esta rectoría no dialogará con los representantes de la Federación”, subrayó el comunicado.