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SANTIAGO (EFE). El canciller abordó ayer la situación de las relaciones entre ambos países y afirmó que estas “están en muy mal pie”.
“Chile ha estado en disposición de dialogar, el obstáculo entre los pueblos de Chile y Bolivia es el Gobierno boliviano, el que ha estado en una campaña confrontacional de ofensas contra las autoridades de nuestro país y nuestro pueblo”, agregó.
Bolivia presentó una demanda en 2013 pidiendo que el tribunal declare la obligación de Chile de negociar su centenario reclamo de la restitución del acceso al Pacífico, perdido en una guerra ante tropas chilenas en 1879.
El canciller chileno manifestó también su malestar por la visita a realizada por el canciller boliviano, David Choquehuanca, a quien acusó de intentar “imponer una suerte de inspección en territorio nacional”.
Choquehuanca había realizado días atrás una visita a puertos chilenos y se refirió a la supuesta desviación del río Lauca por parte de Chile, y habló de “derramar sangre” para “recuperar” lo que, según dijo, le pertenece a Bolivia. “Cuando uno ve el Lauca le hierve la sangre. Tienen que ir al Lauca. Entonces, cuando estén ahí parados, van a decir: Estoy dispuesto a derramar sangre, a pelear para recuperar lo que es nuestro, para reclamar nuestro derecho”, sostuvo el jefe de la diplomacia boliviana.
Muñoz se refirió también a la acusación de Bolivia de supuesto “espionaje” de un ciudadano chileno que habría fotografiado las aguas del río Silala y un puesto militar de dicho país.
“No tengo mayores comentarios, el Gobierno boliviano ha llamado espías a los periodistas chilenos quienes estaban haciendo su labor profesional en Bolivia. Qué menos puede esperarse”, expresó.
El ciudadano expulsado de Bolivia es, según Muñoz, un profesor de Educación Física que se graduó en la Universidad Católica de Valparaíso y que vive y trabaja en Calama.