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Tony Blinken, consejero adjunto del presidente Barack Obama para la seguridad nacional, dijo en Washington que su país deseaba “examinar de cerca” la propuesta lanzada formalmente por Rusia.
Por su parte, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton opinó que la colocación de las reservas sirias de armas químicas bajo control internacional sería “una etapa importante. Pero no puede ser una nueva excusa para demoras o una obstrucción”.
La propuesta rusa se produce después de que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijera que Siria podía evitar un ataque si entregaba sus armas químicas.
Poco después, el canciller ruso, Sergei Lavrov, formuló un llamado “a los dirigentes sirios no solo a aceptar poner su arsenal de armas químicas bajo control internacional y a continuación destruirlo, sino también a unirse plenamente a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas” de la ONU (OPAQ).
“Siria da la bienvenida a la iniciativa rusa, basada en las inquietudes de los dirigentes rusos sobre la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país”, declaró el jefe de la diplomacia siria, Walid Mualem, que se encuentra en Moscú.
Por su parte, el jefe de los rebeldes sirios acusó al régimen de Bachar al Asad y a su aliado ruso de mentir.
“Hacemos un llamado a un ataque y advertimos a la comunidad internacional que el régimen de (Asad) miente, y que el mentiroso (presidente ruso Vladimir) Putin es su profesor. Putin es el mayor mentiroso”.
“El régimen (sirio) quiere ganar tiempo para protegerse” de un ataque, agregó.