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A contracorriente del debate regional sobre la despenalización del consumo de drogas y ante el fracaso de la lucha contra el narcotráfico, el Congreso brasileño prevé votar la iniciativa después de febrero, señaló el diputado Osmar Terra, quien dijo contar con el apoyo suficiente para su aprobación.
“La sociedad brasileña, que vive el drama de las drogas, desea” un endurecimiento de la legislación contra el consumo y posesión de drogas, declaró Terra, un médico de profesión del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, aliado del Gobierno), al diario O Globo.
Considerado el mayor consumidor mundial de crack, un residuo de la cocaína de bajo costo, Brasil cuenta desde 2006 con una ley ambigua que deja a criterio de las autoridades quién es usuario o traficante de drogas.
“La droga, en especial el crack, es el mayor problema de salud y de seguridad pública en Brasil. La nueva ley propone atención al adicto, determina la internación involuntaria por pedido de la familia o un responsable, y aumenta las penas de los traficantes”, justificó Terra en su página web.
El proyecto, que establece penas mínimas diferenciadas para el porte de drogas, fue aprobado el 11 de diciembre por una comisión especial de políticas sobre drogas, y deberá ser votado por el plenario después del receso parlamentario de fin de año.
El expresidente Cardoso, al insistir en sus críticas a la propuesta, afirmó que Brasil está atrasado en el debate de las drogas en relación con países como Colombia y México.
“Hay que corregir el paso, y rápido”, sostuvo Cardoso.
Prevención
Hasta hace poco, la mayoría de los países de América Latina tenían normas de tolerancia cero en materia de drogas, inspirados en EE.UU., pero ahora están explorando relajar las sanciones para el uso personal de estupefacientes, siguiendo los ejemplos de España y Portugal, que han canalizado recursos a la prevención más que a la represión.