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BOGOTÁ (EFE). Holguín manifestó que Uruguay es un caso claro de observación y recomendó seguir sus resultados para, progresivamente, caminar hacia otro paradigma en las políticas tradicionales contra las drogas ilícitas.
“Lo que pasa en Uruguay es que la gente está cambiando, los países están cambiando y la política antidrogas tiene que cambiar”, aseveró la ministra, quien reconoció que siempre ha creído “en los países que toman decisiones arrojadas porque los problemas hay que afrontarlos así”.
“Vamos a ver qué resultados tiene, lo de Uruguay va a ser bueno para ver cómo avanza el tema, es bueno observar”, matizó.
No obstante, precisó que esa medida no debería darse de forma individual “porque cambia circunstancias pero no la complejidad de la lucha contra las drogas”.
La jefa de la diplomacia colombiana insistió en que este problema tiene múltiples aristas, al incluir la producción, el procesamiento, la exportación y el consumo, y por ello consideró que “no afrontar eso globalmente es una grandísima equivocación”.
“Uruguay es un país pequeño, donde el consumo es pequeño si se compara con otros, y es más fácil”, aseveró, para indicar que no ocurre lo mismo en naciones afectadas históricamente por ese flagelo, como es el caso de Colombia, durante décadas el mayor productor de cocaína.
“Es difícil que los países que han tenido políticas antidrogas cambien de la noche a la mañana, eso toma su tiempo hasta que los organismos que se encargan van procesándolo”, remarcó.
Esta visión la ha defendido el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en distintos foros internacionales desde que llegó al poder en 2010, al haber propuesto una nueva política global antidrogas consensuada con la comunidad internacional.
La canciller reveló a Efe que varios países, entre ellos Colombia, trabajan para que en el año 2016 se celebre en Nueva York “una gran conferencia mundial de drogas para replantear todo lo que se ha venido haciendo”.
“Hoy día en América Latina el consumo ha subido, la producción de drogas sintéticas en Europa ha crecido, los productores no somos unos sino muchos, los países de tránsito no solo están en Centroamérica, también en Asia y África. Todo ha ido cambiando, ahora es global”, subrayó, para abogar por un cambio consensuado internacional.