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El conductor del tren, que hablaba por teléfono con un colega, dejó de hacerlo 11 segundos antes del descarrilamiento, ocurrido a las 20:41 y 6 segundos del 24 de julio, informó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG) tras el análisis pormenorizado de las grabaciones. Este permitió conocer con precisión los dos últimos minutos antes del accidente, a cuatro kilómetros de la estación de Santiago de Compostela, en una curva muy pronunciada donde los trenes, que hasta ese momento pueden circular a 200 km/h, deben reducir drásticamente su velocidad.
“El tren circulaba al paso por el punto de descarrilamiento a una velocidad de 179 km/h”, mientras que “la velocidad máxima permitida (es) de 80 km/h”, subrayó el TSXG, precisando las primeras informaciones divulgadas el martes tras el vaciado inicial de las cajas negras.